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Mostrando entradas de agosto, 2017

Ryokan, El monje loco está de vuelta

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Los árboles verdeguean entre la lluvia y la bruma. A punto de inflamarse las peonías rojas. En tu casa, en el campo, reposa ,de momento, mi bastón de peregrino… ¿Cómo olvidarte, viejo amigo?                                                          Ryokan   ("El monje loco está de vuelta", poema 26 de dicha antología de poemas chinos de Ryokan)

En memoria de Philippe Manko Reculard

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PHILIPPE MANKO RECULARD “Te vas en un vuelo de viento claro, pero te vivo dentro de mi ser” El incansable monje Philippe Manko Reculard con 82 años, nos ha dejado el 14 de agosto, hasta el último momento tenía la intención de asistir al campo de verano. Hace veintidós años que le conocimos, en nuestro primer campo ,   compartiendo zazen y samu en la Gendronniére. Desde entonces, cada año nos veíamos y tuvimos ocasión de compartir muchos momentos, pues compartimos varias veces habitación. Como decía su amigo Arnaud: “Su corazón desbordante no podía refrenar su lengua”. Recibió la ordenación de bodhisattva de Raphaël Doko Triet en la Gendronnière en agosto de 1996. Man Ko : Puerta del Despertar. Y la ordenación de monje de Roland Yuno Rech en la Gendronnière en diciembre de 1998. Jo Do : Vía de la Concentración. Que con el ardor y fervor   que le conocimos, esté presente en   nuestros corazones. Que la levedad de la tierra, los vientos favor

Ryokan, Okiamagari-koboshi (Levántate cuervo, pequeño monje)

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OKIAMAGARI-KOBOSHI (LEVÁNTATE CUERVO-PEQUEÑO MONJE) Dejas que la gente te zarandee de lado a lado y que se rían de ti, pero en tu interior, en el fondo de tu corazón, nada se mueve. Si mi vida se te parece, qué tengo que temer aunque   viva inmerso en este mundo flotante. -Ryokan se identifica aquí con el tentetieso, tentempié Daruma. Tentempié con la cara de Bodhidharma, muñeco con la base semiesférica que actúa de contrapeso. Cada vez que se le golpea, vuelve a levanrse, a su posición original. En japonés  Daruma son las tres últimas sílabas de Bodhidharma. Lo veremos sin los ojos pintados. Hay que pintarle uno cuando pides un deseo y el otro cuando te lo concede. Ryokan realizó un dibujo del mismo para acompaña el poema. Como el muñeco Daruma siete veces abajo,                                                               ocho veces arriba. (Antonio Arana Soto)